La teoría que él había dicho aún no era aceptada totalmente y los que no estaban de acuerdo con ésta llamaban a sus defensores «la horda salvaje de los ionianos». de hecho el nombramiento de profesor, de Arrhenius, en Estocolmo, acaecido en 1893, fue apelado, hasta que los científicos alemanes protestaron
A los dos años de su aprobación , se le eligió presidente de la universidad y se le otorgó el Premio Nobel , el tercero que se concedía en Química. Arrhenius recibió finalmente la aclamación que durante largo tiempo había merecido. Se le ofrecía la codiciada posición de profesor de Química en Berlín pero el rey de Suecia fundó el instituto Nobel de Química física y, en1905, Arrhenius fue nombrado su director.
El éxito científico de Arrhenius no solo se debe atribuir a su brillantez como científico, sino también a la convicción de sus ideas. Su comprensión de las propiedades eléctricas de las soluciones acuosas era tan avanzado para la mentalidad contemporánea, que hubiese pasado ignorado a no ser por su confianza en la utilidad de su teoría y su negativa a abandonarla. Ha sido una recompensa adecuada, el que el modelo iónico de las disoluciones acuosas haya cambiado, de manera permanente, el aspecto de la Química orgánica